El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, han sellado una alianza antiinmigración como avanzadilla a otro pacto más ambicioso. El objetivo de éste último es «cambiar la Comisión Europea y sus políticas» y, después, «modificar los tratados europeos».
La cita entre ambos dirigentes se producía en Milán y duraba una hora. En ese tiempo, unas 15.000 personas se han manifestado bajo el eslogan de una «Europa sin murallas».
En la agenda de ambos, la inmigración como principal tema. Pero también las elecciones europeas de 2019 y las alianzas sucesivas. «Estamos cerca de un cambio histórico continental», decía Salvini. Orbán, por su parte, calificaba al ministro italiano como «mi héroe y compañero de destino».
«Hungría es la prueba de que los inmigrantes en tierra firme pueden ser bloqueados», ha dicho Orbán, subrayando que «a partir de aquí comienza la misión de Salvini». Es decir, «demostrar que los inmigrantes pueden ser parados también en el mar, es el único que lo ha hecho». El primer ministro húngaro ha animado a su colega a seguir por este camino: «No des marcha atrás», le ha pedido en público. Orbán también ha defendido a su país, que considera que es «atacado en Europa porque hemos demostrado que las fronteras pueden ser defendidas».
Dos bandos
Orbán ha reconocido que en la UE hay dos bandos diferenciados. Por un lado, el liderado por Macron, «líder de aquellas fuerzas que apoyan la inmigración». Y en la otra parte, «los que queremos parar la inmigración ilegal».
Los dos líderes políticos aseguran que «comienza un recorrido que nos acompañará en los próximos meses en vistas de una Europa distinta, para cambiar la Comisión Europea y sus políticas».