Las autoridades chinas no están dispuestas a que los rebrotes de Covid-19 se descontrolen. Por eso, han decidido confinar a más de 400.000 personas en el condado de Anxin, en la provincia de Hebei, muy próxima a Pekín. Allí se han confirmado 18 nuevos contagios, vinculados al rebrote que se producía en el mercado mayorista de Xinfadi, el mayor de la capital de China.
Un foco que ya obligó a confinar a varios distritos de la ciudad hace algo más de una semana. Y que se ha convertido en una de las preocupaciones del país asiático.
De los 18 nuevos casos, 5 son asintomáticos. Y al igual que con el resto de rebrotes, se investigan a los contactos para evitar la propagación del virus. El nuevo confinamiento obliga a que solo los trabajadores esenciales puedan salir de sus casas. Además, sólo una persona de cada hogar puede salir una vez al día para comprar.
Las nuevas medidas de restricción demuestran que las autoridades responsables consideran estos rebrotes “extremadamente graves”. De ahí que hayan limitado al máximo la movilidad de las 400.000 personas confinadas.
Balance
En su último parte, el Ministerio de Salud de China ha registrado un total de 12 casos nuevos este lunes. Además de siete contabilizados en Pekín, se han detectado otros cinco procedentes del extranjero.
Durante el domingo no se producía ningún fallecimiento por coronavirus. Por eso, el número de muertos en el país se mantiene en 4.634 desde que comenzó la pandemia. El número de contagios suma 83.512. De ellos, hasta 78.460 han logrado recuperarse. Incluidos los últimos 9 pacientes dados de alta.
En total, son 418 los pacientes que continúan recibiendo asistencia médica. Ocho de ellos en estado grave. Según el último balance, hasta 1.907 casos han sido importados de otros países. De ellos, 1.823 han logrado abandonar el hospital. Otros 84 permanecen ingresados, incluido uno en estado grave.
